jueves, 19 de julio de 2018

El Diente Roto - Cuento Corto de Pedro Emilio Coll / Análisis Literario

Autor: Pedro Emilio Coll  (Caracas, 12 de julio de 1872 - misma ciudad, 20 de marzo de 1947) fue un periodista escritor, ensayista, político y diplomático venezolano. Fundador de la revista Cosmópolis

A los doce años, combatiendo Juan Peña con unos granujas recibió un guijarro sobre un diente; la sangre corrió lavándole el sucio de la cara, y el diente se partió en forma de sierra. Desde ese día principia la edad de oro de Juan Peña.

Con la punta de la lengua, Juan tentaba sin cesar el diente roto; el cuerpo inmóvil, vaga la mirada sin pensar. Así, de alborotador y pendenciero, tornóse en callado y tranquilo.

Los padres de Juan, hartos de escuchar quejas de los vecinos y transeúntes víctimas de las perversidades del chico, y que habían agotado toda clase de reprimendas y castigos, estaban ahora estupefactos y angustiados con la súbita transformación de Juan.

Juan no chistaba y permanecía horas enteras en actitud hierática, como en éxtasis; mientras, allá adentro, en la oscuridad de la boca cerrada, la lengua acariciaba el diente roto sin pensar.

—El niño no está bien, Pablo —decía la madre al marido—, hay que llamar al médico.

Llegó el doctor y procedió al diagnóstico: buen pulso, mofletes sanguíneos, excelente apetito, ningún síntoma de enfermedad.

—Señora —terminó por decir el sabio después de un largo examen— la santidad de mi profesión me impone el deber de declarar a usted...

—¿Qué, señor doctor de mi alma? —interrumpió la angustiada madre.

—Que su hijo está mejor que una manzana. Lo que sí es indiscutible —continuó con voz misteriosa— es que estamos en presencia de un caso fenomenal: su hijo de usted, mi estimable señora, sufre de lo que hoy llamamos el mal de pensar; en una palabra, su hijo es un filósofo precoz, un genio tal vez.

En la oscuridad de la boca, Juan acariciaba su diente roto sin pensar.

Parientes y amigos se hicieron eco de la opinión del doctor, acogida con júbilo indecible por los padres de Juan. Pronto en el pueblo todo se citó el caso admirable del "niño prodigio", y su fama se aumentó como una bomba de papel hinchada de humo. Hasta el maestro de la escuela, que lo había tenido por la más lerda cabeza del orbe, se sometió a la opinión general, por aquello de que voz del pueblo es voz del cielo. Quien más quien menos, cada cual traía a colación un ejemplo: Demóstenes comía arena, Shakespeare era un pilluelo desarrapado, Edison... etcétera.

Creció Juan Peña en medio de libros abiertos ante sus ojos, pero que no leía, distraído con su lengua ocupada en tocar la pequeña sierra del diente roto, sin pensar.

Y con su cuerpo crecía su reputación de hombre juicioso, sabio y "profundo", y nadie se cansaba de alabar el talento maravilloso de Juan. En plena juventud, las más hermosas mujeres trataban de seducir y conquistar aquel espíritu superior, entregado a hondas meditaciones, para los demás, pero que en la oscuridad de su boca tentaba el diente roto, sin pensar.

Pasaron los años, y Juan Peña fue diputado, académico, ministro y estaba a punto de ser coronado Presidente de la República, cuando la apoplejía lo sorprendió acariciándose su diente roto con la punta de la lengua.

Y doblaron las campanas y fue decretado un riguroso duelo nacional; un orador lloró en una fúnebre oración a nombre de la patria, y cayeron rosas y lágrimas sobre la tumba del grande hombre que no había tenido tiempo de pensar

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RESUMEN 
Esta es la historia de Juan Peña, un niño sumamente inquieto, peleonero, que a los doce años en una de sus tremenduras se le partió un diente. De "inquieto" Juan pasó a ser un niño retraído, con la mirada ausente, ida, que lo único que hacía era acariciar su diente con la lengua. La familia preocupada y consternada por el cambio tan radical que se operó en el niño, decidió llamar al médico quien después de revisarlo aseveró: Juan está tan sano como una manzana y le tengo buenas noticias, señora, su hijo sufre de lo que se llama hoy en día el mal de pensar. En otras palabras, su hijo es un filósofo precoz. La noticia corrió por todas partes, Juan se hizo famoso por ser un niño prodigio, creció y llegó a ser diputado, académico y ministro hasta que lo sorprendió la apoplejía cuando estuvo a punto de ser "coronado" Presidente de la República. Murió, luego de lo cual fue objeto de honores y puesta en cada plaza una imagen para honrar la memoria de aquel portento.

PERSONAJES 
1. Juan Peña chico (protagonista)
2. Los padres de Juan
3. Vecinos y transeúntes
4. Pablo. El padre del chico
5. Doctor
6. Parientes y amigos
7. El maestro de la escuela

AMBIENTE: En el desarrollo del cuento el ambiente es físico, y de índice social y no enfoca los problemas sociales que forman parte de la temática.

TIPOS DE NARRADORES: 1ra Persona
1. Protagonista: Juan Peña, un niño sumamente inquieto
3ª Persona: Narrador omnisciente
1. Juan tentaba sin cesar el diente roto; el cuerpo inmóvil, vaga la mirada sin pensar. Así, de alborotador y pendenciero, tornóse en callado y tranquilo.
3ª Persona: Narrador observador
1. El niño no está bien, Pablo -decía la madre al marido-, hay que llamar al médico.
2. Parientes y amigos se hicieron eco de la opinión del doctor, acogida con júbilo indecible por los padres de Juan.

Análisis realizado por: Yaenne Salazar - 6to. Semestre Castellano y Literatura

miércoles, 18 de julio de 2018

LO QUE SUCEDE EN EL MUNDO DE LA LITERATURA (Diálogo Entrevista)

Diálogo Entrevista (Responsables: Elva Pérez - Luis Gil)


Presentador:

Buenas noches bienvenidos a su programa LO QUE SUCEDE EN EL MUNDO DE LA LITERATURA; el día de hoy tenemos con nosotros en el programa un gran escritor de la actualidad, el grandísimo Alberto Barrera Tyszka.
Antes de comenzar esta entrevista y como es de costumbre les daré una introducción de quien es nuestro invitado, Alberto barrera Tyszka nacido en caracas en 1960 es poeta, narrador, y escritor, entre sus más grandes obras podemos mencionar "La Enfermedad", "Patria o Muerte", "El corazón es un descuido", así también como de poemarios como "Coyote de ventana" y "Tal vez el frío", y su más reciente obra de la cual estaremos conversando hoy: "Rating".

PresentadorBienvenido Alberto, quiero que me hables de tu más reciente Obra Rating ¿Cuánto tiempo le llevó escribir esta obra?


ABTLlevaba varios años pensando en la posibilidad de hacer de la experiencia televisiva, una novela. Que fuera personal, porque se usan experiencias de otra gente, pero sin que fuera autobiográfica. Quería que estuviera intervenida por la ficción literaria. Hacer una novela donde esos personajes tuvieran cosas mías, muchas de otra gente y otras inventadas. Estuve cuatro años pensándola, decantándola y masticándola porque no quería que el tema central fuera la telenovela. Por eso caí en el reality y estuve escribiéndola por tres años a diferentes ritmos.


PresentadorEs notable la diferencia con las anteriores novelas ¿Hay un rompimiento con el lenguaje de sus obras?


ABTQuería hacer una cosa que fuese mucho más caraqueña y venezolana que “La Enfermedad”, sobre todo a nivel textual con referencias más nacionales y que tuviera un desafío narrativo distinto. En “La Enfermedad” desarrollé un narrador en tercera persona muy seco y frío, aquí quería optar por ubicar dos voces, dos “yo” distintos y otro narrador omnisciente. Quise que estas tres voces se fueran mezclando y tuvieran una velocidad completamente diferente.


Presentador“La Enfermedad” y “Rating” son novelas eminentemente masculinas ¿Es deliberado ese protagonismo?


ABT: En ambas los personajes centrales son masculinos. Las mujeres juegan una función especial en las relaciones amorosas o incluso familiares, en ambos casos, como pasa en Rating son las dos madres un elemento fundamental. Pero es cierto que el protagonismo, desde donde se narra es desde la experiencia masculina, incluso problematizando esa experiencia.


PresentadorSiendo un país devoto de las telenovelas, en nuestra literatura hay pocas obras que tratan el tema ¿Por qué asumir ese riesgo dejado de lado por otros autores?


ABT: Siento que la escritura está definida por el medio y el género, eso lo tengo claro. Para mí, la telenovela es una industria y un producto determinado con un formato muy rígido del cual no me puedo salir. El periodismo es igual, siempre hay vasos comunicantes porque soy yo el que escribe y hay un sótano en el que se mezclan imágenes e ideas, pero cuando estoy frente al computador sé perfectamente qué tengo que hacer, para quién estoy escribiendo y para qué estoy escribiendo. En la literatura es donde me siento más libre. La verosimilitud literaria es distinta a la televisiva, a la periodística y eso uno lo aprende.


PresentadorHa manejado con éxito diversos registros y discursos como la poesía, telenovela, ¿Qué conseguirá el lector de “Rating” en sus páginas?


ABT: Cuidé mucho que me debiera a una ficción literaria y construir algo donde el lector no pudiera ir buscando referentes en la realidad. No es una historia de farándula, pero sí es un libro que tiene mucho que ver con la televisión y los escritores. Me gusta que la gente la lea como una visión crítica de la industria, pero lo escritores tampoco quedan bien. Eso tiene que ver con mis curiosidades como escritor, siempre están para bien o para mal lo imperfecto, las miserias, la tristeza y la melancolía. Eso es lo que me llama la atención, lo que me conmueve y lo que me gusta. Desde ahí es que quiero encontrarme con el lector y entender al mundo.


PresentadorYa para finalizar esta entrevista ¿Cómo ve la dinámica editorial en el país?


ABT: Este año la inflación va a detener lo que veníamos viviendo que era un gran consumo de lectores. Pero la crisis va a golpear a las librerías, las editoriales y, por supuesto, a los lectores. Pero realmente creo que hay una diversidad maravillosa y se publican muchas cosas. Hay editoriales alternativas, experiencias que le apuestan al lector cosa que antes no era tan común. Es nuevo saber que los escritores venezolanos son exitosos en ventas, incluso en la ficción, no sólo en el periodismo o ensayo.

Programa Radial "Habla el Autor"

Comienza el programa.

Cortina: (Música de fondo que caracteriza e identifica al programa. Una pieza de la famosa banda cubana Iraquere, "Adagio", una brillante adaptación del adagio hecho por Ludwig van Beethoven a la opera La Molinaria, esta vez realizada por Jesús "Chucho" Valdez, director de la agrupación, donde se combina la música clásica con el Jazz y la música caribeña, realizada por un grupo excepcional de músicos cubanos bajo su dirección).

Voz en Off (música continúa a tenue volumen): Programa Radial "Habla el Autor", espacio imaginario, de una emisora radial imaginaria, donde se difunde el arte, el conocimiento y el entretenimiento, tanto real como imaginado. Moderado por su creador: Oswaldo Marta Santana (OMS), estudiante de 6to. semestre de Castellano y Literatura en el Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio (IMPM) de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL).

Continúa la voz en Off: Nuestro entrevistado de hoy es el conocido escritor, novelista, poeta, ensayista, articulista de varios medios impresos y digitales dentro y fuera de Venezuela, profesor de la cátedra de literatura de la Universidad Central de Venezuela, Alberto Barrera Tyszka (ABT), quien en el año 2006 recibió el premio Herralde por su novela "La Enfermedad".

Se cierra la cortina y comienza el moderador:

OMS: Buenos días a los oyentes de esta prestigiosa emisora. Estamos una vez más acá para llevarles lo mejor del arte de la palabra: la literatura. En la mañana de hoy tenemos como invitado al conocido y siempre estimado Alberto Barrera Tyszka (ABT), quien fue galardonado con el premio Herralde de novela en el año 2006 por su novela "La Enfermedad".
Esta novela permitió fijar la mirada de grandes editoras en su trabajo y Alberto, desde ese momento, no ha dejado de trabajar. En el mismo 2006 publicó el libro de cuentos, "Perros"; en 2009 otro cuento, "Crímenes" y en 2011 otra novela, "Rating". Todas estos trabajos con la misma editorial, Anagrama.

Mientras esperamos a nuestro entrevistado, vamos a hacer un breve repaso por la novela galardonada. Para eso voy a leerles lo que dice la sinopsis escrita por Anagrama: "Ernesto Durán sabe que está enfermo. Aunque los resultados clínicos digan lo contrario, desde que se ha separado de su mujer y vive solo, padece todos los síntomas de un mal que, según sospecha, puede ser mortal. Su obsesión va más allá de la mera hipocondría, y tiene la certeza de que sólo hay un médico que puede salvarlo. Pero el elegido, el doctor Andrés Miranda, en esos mismos momentos se enfrenta a una tragedia personal: un diagnóstico irrefutable que señala que su padre tiene cáncer, y le quedan pocas semanas por vivir. Mientras Durán necesita desesperadamente hablar de su caso y de él mismo, el doctor Miranda se siente rehén del silencio, es incapaz de hacer con su padre lo que siempre ha hecho con sus pacientes: decir la verdad. La vivencia de la enfermedad en estas dos personas que ocupan posiciones tan distintas, el médico que sabe acerca de la vida y de la muerte y no quiere o no puede hablar, y el enfermo de angustia que sólo sabe que su sufrimiento no le deja vivir, es la columna vertebral que sostiene a esta hermosa novela, madura, adulta, reflexiva y refinada, que nos susurra desde su primera página algo que está en nuestra naturaleza: vivir mata. Un libro notable, escrito en un registro inusual en nuestra lengua, que mezcla lo profundo con lo veloz, que apela a las emociones pero también a la inteligencia del lector. Desde distintas historias, conmovedoras, tiernas, divertidas y trágicas, Alberto Barrera Tyszka nos propone una versión de la existencia que asume todos sus goces, pero también su fragilidad."

Al fondo, el moderador observa que el invitado hace aparición. Le indica al asistente de producción de la radio, con un leve gesto ya acordado, darle las instrucciones a Barrera Tyszka de cómo será la entrada, la estructura del programa y ofrecerle una taza de café. Esto permite al moderador cambiar su tono de voz y darle mayor solemnidad a sus palabras:

OMS: Ya se encuentra en la emisora nuestro entrevistado de hoy.  Señoras y señores, con ustedes Alberto Barrera Tyszka.

ABT: ¡Caramba!, qué recibimiento. Gracias por la invitación. ¡Ah! y por el cafecito que me ofrecieron ahí fuera. En estos tiempos eso se agradece enormemente.

OMS: ¡Ja, ja, ja! Sin duda Alberto. El café, al igual que otros productos, van en la misma correa en que viaja el oro. A ver, esto del premio de novela Herralde te ha caído de maravilla. Le ha dado un impulso notable a tu creación literaria, ¿no?

ABT: Notablemente, Oswaldo. Estoy muy agradecido y complacido del trato que Editorial Anagrama me ha dispensado. Espero no defraudar ese apoyo, de ellos ni el de mis lectores.

OMS: ¿Cómo llegó a tí la idea de hacer una novela con esa trama tan difícil de abordar como es la enfermedad. Porque, si bien es cierto, la enfermedad puede ser toda una calamidad para cualquier persona, no deja de ser un hecho cotidiano. Todos, algunas vez, nos enfermamos. Unos con mayor gravedad que otros; pero, al fin y al cabo, solo basta estar vivo para enfermarse. ¿Cómo captar el interés del lector ante un tema tan común y a la vez tan cargado de drama?

ABT: ¿Sabes?, desde hace un tiempo había estado rondando en mi cabeza la idea de hacer un relato donde se reflejara la angustia que puede padecer cualquier mortal cuando se entera de que su vida tiene fecha de caducidad. La enfermedad, el enfermarse, puede llegar a ser algo tormentoso. La vida de cualquiera puede cambiar de un momento a otro al formular las palabras: ¿tiene los resultados doctor? Los resultados de esos exámenes que le permiten al médico diagnosticar tu padecer.

OMS: ¡Cierto! Así comienza tu novela. ¡Claro!, no las dice el paciente del doctor, las dice el doctor, porque los resultados a que hace referencia son los de su propio padre.

ABT: Sí, así es. Ese es el drama de uno de los protagonistas de mi novela: Andrés Miranda, quien luego de leer los resultados de los exámenes realizados a su padre, se entera de que este padece una enfermedad terminal. Esa noticia lo trastoca, lo aturde. No sabe cómo manejar esa situación. Un profesional que da esas noticias a diario, pero que hoy le corresponde ver esa información sobre su padre, su amigo, y no consigue razones que lo tranquilicen.

OMS: Sí, todo un drama. Entonces, comienza a cuestionarse. A pensar si le ha dedicado suficiente tiempo a la relación con su benefactor, el hombre que lo terminó de criar cuando su madre murió un buen día, cuando apenas era un niño. ¡Qué interesante la forma de presentar los personajes, Alberto! Un óptica muy interesante. ¿Y qué me dices del otro protagonista de tu novela? ¿Cómo es que se llama? ¡Ah, sí!, Ernesto Durán. Este hombre, ¡no está enfermo!

ABT: Ernesto es un hipocondríaco, que tiene la certeza de que la única persona que puede curarlo es su médico, el doctor Andrés Miranda, que por cierto, sabe bien su cuadro. Pero, a ver, el hipocondríaco también es una persona enferma. No de la forma en que está enfermo el padre de Andrés, sino de la mente. Eso puede ser también toda una tragedia, porque sin querer, enferma a los que están a su alrededor, con sus manías, sus angustias, el estrés alucinante de su patología. Es un enfermo también.

OMS: Tienes razón. Ernesto Durán es un enfermo más de Andrés Miranda. Pero Andrés parece no querer atenderlo, no quiere descuidarse del otro tema que...

ABT (interrumpiendo al moderador): Su padre. Eso lo atormenta. No sabe qué hacer. No sabe cómo darle la noticia, no quiere dársela. Quisiera que esa responsabilidad la tuviera otra persona. Pero no hay nadie más. Es él el encargado de transmitirla. Y Javier, su padre, lo sabe. Y lo presiona para que le diga cómo está todo. Se siente bien; se siente seguro, lleno de vida. No le pasa por la cabeza que algo ande mal con su salud.

OMS: Es por eso que se siente aliviado cuando su secretaria comienza a leer los emails de Ernesto... Él no tiene momentos para nada ni para nadie. El drama de la enfermedad de su padre le ocupa todo su tiempo.

ABT: Sí, ella, Karina Sánchez, poco a poco, se va involucrando en la vida de Ernesto. Va conociendo su interior. Son pequeños giros de la novela...

OMS: Ciertamente, también está la historia paralela de la muchacha de servicio, Merny...

ABT: Merny es mi conexión con la realidad social. Yo no puedo dejar de lado mi ciudad. La Caracas de mis amores y mis desventuras. Y Merny es una habitante de las tantas que existen en los cerros de mi ciudad. La que cada dos días (cuando va al apartamento de Javier Miranda a hacerle mantenimiento) cuenta los cuatrocientos veintidós escalones que la separan del valle. Además está el drama de sus dos hijos, a los cuales no puede ofrecerles más que amor y el esfuerzo de madre trabajadora. Teme que la vida, la ciudad, se los arrebate.

OMS: Alberto, tenemos que hacer un corte comercial, pero al regreso quisiera que nos adentráramos más en esa relación padre e hijo y en el desenlace de la novela cuando por fin Javier se enteró de la gravedad de su mal.

ABT: Seguro.

Entra la cortina comercial (música instrumental moderna). Luego sigue la parrilla comercial. Este corte dura 5 minutos.

Entra la cortina del programa (la misma pieza inicial, el Adagio de Iraquere) con volumen acorde al de los comerciales, pero que luego va descendiendo hasta quedar solo un tenue sonido, que permite la entrada de la voz del moderador)

OMS: Seguimos con nuestro entrevistado, Alberto Barrera Tyszka. Alberto, dejamos una pregunta en el aire: ¿Cómo es esa relación entre el padre, Javier, y el hijo, Andrés?

ABT: Era buena, hasta que Andrés se enteró de la gravedad de la enfermedad de su padre. Ahí comienza un drama que él no sabe tratar bien. Tiene que comunicarle a su padre los resultados de los exámenes, pero no sabe cómo y eso a Javier no le agrada. Andrés intenta usar eufemismos, metáforas, analogías para insinuarle a su padre lo que le pasaba. Pero no resulta como esperaba. Cuando por fin le cuenta a Javier, a su regreso del viaje que hicieron juntos a Margarita, a bordo del ferry, Javier se siente engañado. Se pregunta, ¿por qué esperó tanto tiempo para decírmelo? Y eso no se lo perdona. Comienza a leer literatura asociada a la muerte, a la aceptación, incluso a la eutanasia...

OMS: ¿Y termina así?

ABT: No, es solo un trance, un momento inevitable. Es la no aceptación. Luego se reencuentran. Ahí la trama es un poco vertiginosa. Bueno, es más o menos mi forma de escribir. Andrés percibe que su viejo se va pronto, que se le acaban los encuentros. Se marcha su compañero de pláticas, su mejor amigo. Eso lo abruma. Llegando al extremo de cuestionar su profesión, a cuestionarse como médico internista.

OMS: El drama de la vida y la muerte. La vida sin vivir, de la muerte sin desear...

ABT: Allí vuelve a tener sentido la frase al comienzo de mi novela: "¿Por qué nos cuesta tanto aceptar que la vida es una casualidad?"

OMS: Nada más cierto, Alberto. Bueno, estamos llegando al final del programa. Sabes bien cómo es esto de los programas y el tiempo: implacables. Pero espero que vuelvas pronto, para que hablemos de tus otras producciones literarias.

ABT: ¡Con todo gusto! Para mí siempre es un placer compartir contigo y con tus radioescuchas. Tienes una audiencia fiel y conocedora. Y el cafecito... ¡muy agradable!

OMS: ¡Ja, ja, ja! Eso sí no te lo garantizo. Con estos vaivenes de la economía, ¿quién sabe si tendremos café en nuestra próxima entrevista? Pero algo te ofreceremos. Estimados oyentes, hasta este momento su programa "Habla el autor". Saben que pueden escucharlo todas las veces que quieran a través de nuestra página web. Agradecemos todos sus comentarios, los cuales son leídos y respondidos por nuestra producción. Esperamos que muy pronto podamos hacerlo más interactivo.

Entra la cortina de cierre de programa (música más movida, mezcla entre tecno y new wave instrumental), sube la intensidad y va bajando progresivamente.... Cierra. Off.

Responsable: Oswaldo Marta

Seminario de Literatura Venezolana

La literatura es el arte cuyo medio de expresión es la lengua. Pero la literatura no nació con la escritura. Muy por el contrario, los escritos más antiguos de los que se tengan registros no son literarios.

Aunque es difícil que los estudiosos se pongan de acuerdo y sea casi imposible establecer un texto que marque el inicio de la literatura, muchos coinciden en afirmar que una de las primeras obras literarias de la humanidad es el Poema de Gilgamesh, narración de origen sumerio cuya primera versión data del año 2.000 A.C.

Tal como afirmaba el ruso Roman Jakobson, la especificidad de la literatura está en su forma. Esto nos  permite distinguir entre un texto literario y cualquier otro discurso. Una de las características de la literatura es su función poética. Es decir, la capacidad del lenguaje para llamar la atención sobre sí mismo. Por eso, la literatura utiliza expresiones de naturaleza estética, que producen placer o goce, y que son agradables al lector.

Dentro de la literatura pueden reconocerse distintos géneros, que son modelos de estructuras formales y temáticas. Se puede decir que un género es una categoría literaria, que permite clasificar a un texto según su contenido. De esta forma, un relato pertenecerá a cierto género según diversos criterios semánticos, sintácticos, discursivos y fónicos.

Cuando decimos género nos referimos a lírica, narrativa y dramática. En este caso la cátedra Seminario de Literatura Venezolana de la UPEL nos invita a conocer la narrativa a través de la opinión de un autor. Y lo hacemos de manera original: con una entrevista imaginaria a Alberto Barrera Tyzca por su novela "La Enfermedad". Asimismo realizamos disertaciones para saber qué piensan especialistas en la literatura como Norma González Viana, Dulce Santamaría o Benjamín Zambrano acerca del destino del libro de papel como expresión del arte literario y motor de la historia: ¿estamos frente a la muerte inminente del libro tal como lo conocemos?, ¿pueden las nuevas tecnologías beneficiar la literatura? o, por el contrario, ¿representan una amenaza para ella y un ataque al derecho de autor?, ¿qué tanto apoya el Estado venezolano al escritor y al lector en proporcionar oportunidades y espacios para la creación y el disfrute de la literatura? Mostraremos, igualmente, nuestro avance en el análisis literario, en particular de la narrativa, y más específicamente en lo que se refiere al cuento corto venezolano contemporáneo.

Así pues, bebamos la literatura, aspiremos las historias que envuelven los distintos mundos de la mano de los autores, vibremos de alegría al conocer personajes, lugares, costumbres en relatos maravillosos. Participemos de nuestra experiencia y difundamos el conocimiento.

Análisis Literario / Cuento Corto / Erasma Henríquez

Autor: Ruderico Díaz Romero El cuento se trata de pollito muy pequeño pero que era el más rápido del lugar quien ayudo a que regresara ...