Cortina: (Música de fondo que caracteriza e identifica al programa. Una pieza de la famosa banda cubana Iraquere, "Adagio", una brillante adaptación del adagio hecho por Ludwig van Beethoven a la opera La Molinaria, esta vez realizada por Jesús "Chucho" Valdez, director de la agrupación, donde se combina la música clásica con el Jazz y la música caribeña, realizada por un grupo excepcional de músicos cubanos bajo su dirección).
Voz en Off (música continúa a tenue volumen): Programa Radial "Habla el Autor", espacio imaginario, de una emisora radial imaginaria, donde se difunde el arte, el conocimiento y el entretenimiento, tanto real como imaginado. Moderado por su creador: Oswaldo Marta Santana (OMS), estudiante de 6to. semestre de Castellano y Literatura en el Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio (IMPM) de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL).
Continúa la voz en Off: Nuestro entrevistado de hoy es el conocido escritor, novelista, poeta, ensayista, articulista de varios medios impresos y digitales dentro y fuera de Venezuela, profesor de la cátedra de literatura de la Universidad Central de Venezuela, Alberto Barrera Tyszka (ABT), quien en el año 2006 recibió el premio Herralde por su novela "La Enfermedad".
Se cierra la cortina y comienza el moderador:
OMS: Buenos días a los oyentes de esta prestigiosa emisora. Estamos una vez más acá para llevarles lo mejor del arte de la palabra: la literatura. En la mañana de hoy tenemos como invitado al conocido y siempre estimado Alberto Barrera Tyszka (ABT), quien fue galardonado con el premio Herralde de novela en el año 2006 por su novela "La Enfermedad".
Esta novela permitió fijar la mirada de grandes editoras en su trabajo y Alberto, desde ese momento, no ha dejado de trabajar. En el mismo 2006 publicó el libro de cuentos, "Perros"; en 2009 otro cuento, "Crímenes" y en 2011 otra novela, "Rating". Todas estos trabajos con la misma editorial, Anagrama.
Mientras esperamos a nuestro entrevistado, vamos a hacer un breve repaso por la novela galardonada. Para eso voy a leerles lo que dice la sinopsis escrita por Anagrama: "Ernesto Durán sabe que está enfermo. Aunque los resultados clínicos digan lo contrario, desde que se ha separado de su mujer y vive solo, padece todos los síntomas de un mal que, según sospecha, puede ser mortal. Su obsesión va más allá de la mera hipocondría, y tiene la certeza de que sólo hay un médico que puede salvarlo. Pero el elegido, el doctor Andrés Miranda, en esos mismos momentos se enfrenta a una tragedia personal: un diagnóstico irrefutable que señala que su padre tiene cáncer, y le quedan pocas semanas por vivir. Mientras Durán necesita desesperadamente hablar de su caso y de él mismo, el doctor Miranda se siente rehén del silencio, es incapaz de hacer con su padre lo que siempre ha hecho con sus pacientes: decir la verdad. La vivencia de la enfermedad en estas dos personas que ocupan posiciones tan distintas, el médico que sabe acerca de la vida y de la muerte y no quiere o no puede hablar, y el enfermo de angustia que sólo sabe que su sufrimiento no le deja vivir, es la columna vertebral que sostiene a esta hermosa novela, madura, adulta, reflexiva y refinada, que nos susurra desde su primera página algo que está en nuestra naturaleza: vivir mata. Un libro notable, escrito en un registro inusual en nuestra lengua, que mezcla lo profundo con lo veloz, que apela a las emociones pero también a la inteligencia del lector. Desde distintas historias, conmovedoras, tiernas, divertidas y trágicas, Alberto Barrera Tyszka nos propone una versión de la existencia que asume todos sus goces, pero también su fragilidad."
Al fondo, el moderador observa que el invitado hace aparición. Le indica al asistente de producción de la radio, con un leve gesto ya acordado, darle las instrucciones a Barrera Tyszka de cómo será la entrada, la estructura del programa y ofrecerle una taza de café. Esto permite al moderador cambiar su tono de voz y darle mayor solemnidad a sus palabras:
OMS: Ya se encuentra en la emisora nuestro entrevistado de hoy. Señoras y señores, con ustedes Alberto Barrera Tyszka.
ABT: ¡Caramba!, qué recibimiento. Gracias por la invitación. ¡Ah! y por el cafecito que me ofrecieron ahí fuera. En estos tiempos eso se agradece enormemente.
OMS: ¡Ja, ja, ja! Sin duda Alberto. El café, al igual que otros productos, van en la misma correa en que viaja el oro. A ver, esto del premio de novela Herralde te ha caído de maravilla. Le ha dado un impulso notable a tu creación literaria, ¿no?
ABT: Notablemente, Oswaldo. Estoy muy agradecido y complacido del trato que Editorial Anagrama me ha dispensado. Espero no defraudar ese apoyo, de ellos ni el de mis lectores.
OMS: ¿Cómo llegó a tí la idea de hacer una novela con esa trama tan difícil de abordar como es la enfermedad. Porque, si bien es cierto, la enfermedad puede ser toda una calamidad para cualquier persona, no deja de ser un hecho cotidiano. Todos, algunas vez, nos enfermamos. Unos con mayor gravedad que otros; pero, al fin y al cabo, solo basta estar vivo para enfermarse. ¿Cómo captar el interés del lector ante un tema tan común y a la vez tan cargado de drama?
ABT: ¿Sabes?, desde hace un tiempo había estado rondando en mi cabeza la idea de hacer un relato donde se reflejara la angustia que puede padecer cualquier mortal cuando se entera de que su vida tiene fecha de caducidad. La enfermedad, el enfermarse, puede llegar a ser algo tormentoso. La vida de cualquiera puede cambiar de un momento a otro al formular las palabras: ¿tiene los resultados doctor? Los resultados de esos exámenes que le permiten al médico diagnosticar tu padecer.
OMS: ¡Cierto! Así comienza tu novela. ¡Claro!, no las dice el paciente del doctor, las dice el doctor, porque los resultados a que hace referencia son los de su propio padre.
ABT: Sí, así es. Ese es el drama de uno de los protagonistas de mi novela: Andrés Miranda, quien luego de leer los resultados de los exámenes realizados a su padre, se entera de que este padece una enfermedad terminal. Esa noticia lo trastoca, lo aturde. No sabe cómo manejar esa situación. Un profesional que da esas noticias a diario, pero que hoy le corresponde ver esa información sobre su padre, su amigo, y no consigue razones que lo tranquilicen.
OMS: Sí, todo un drama. Entonces, comienza a cuestionarse. A pensar si le ha dedicado suficiente tiempo a la relación con su benefactor, el hombre que lo terminó de criar cuando su madre murió un buen día, cuando apenas era un niño. ¡Qué interesante la forma de presentar los personajes, Alberto! Un óptica muy interesante. ¿Y qué me dices del otro protagonista de tu novela? ¿Cómo es que se llama? ¡Ah, sí!, Ernesto Durán. Este hombre, ¡no está enfermo!
ABT: Ernesto es un hipocondríaco, que tiene la certeza de que la única persona que puede curarlo es su médico, el doctor Andrés Miranda, que por cierto, sabe bien su cuadro. Pero, a ver, el hipocondríaco también es una persona enferma. No de la forma en que está enfermo el padre de Andrés, sino de la mente. Eso puede ser también toda una tragedia, porque sin querer, enferma a los que están a su alrededor, con sus manías, sus angustias, el estrés alucinante de su patología. Es un enfermo también.
OMS: Tienes razón. Ernesto Durán es un enfermo más de Andrés Miranda. Pero Andrés parece no querer atenderlo, no quiere descuidarse del otro tema que...
ABT (interrumpiendo al moderador): Su padre. Eso lo atormenta. No sabe qué hacer. No sabe cómo darle la noticia, no quiere dársela. Quisiera que esa responsabilidad la tuviera otra persona. Pero no hay nadie más. Es él el encargado de transmitirla. Y Javier, su padre, lo sabe. Y lo presiona para que le diga cómo está todo. Se siente bien; se siente seguro, lleno de vida. No le pasa por la cabeza que algo ande mal con su salud.
OMS: Es por eso que se siente aliviado cuando su secretaria comienza a leer los emails de Ernesto... Él no tiene momentos para nada ni para nadie. El drama de la enfermedad de su padre le ocupa todo su tiempo.
ABT: Sí, ella, Karina Sánchez, poco a poco, se va involucrando en la vida de Ernesto. Va conociendo su interior. Son pequeños giros de la novela...
OMS: Ciertamente, también está la historia paralela de la muchacha de servicio, Merny...
ABT: Merny es mi conexión con la realidad social. Yo no puedo dejar de lado mi ciudad. La Caracas de mis amores y mis desventuras. Y Merny es una habitante de las tantas que existen en los cerros de mi ciudad. La que cada dos días (cuando va al apartamento de Javier Miranda a hacerle mantenimiento) cuenta los cuatrocientos veintidós escalones que la separan del valle. Además está el drama de sus dos hijos, a los cuales no puede ofrecerles más que amor y el esfuerzo de madre trabajadora. Teme que la vida, la ciudad, se los arrebate.
OMS: Alberto, tenemos que hacer un corte comercial, pero al regreso quisiera que nos adentráramos más en esa relación padre e hijo y en el desenlace de la novela cuando por fin Javier se enteró de la gravedad de su mal.
ABT: Seguro.
Entra la cortina comercial (música instrumental moderna). Luego sigue la parrilla comercial. Este corte dura 5 minutos.
Entra la cortina del programa (la misma pieza inicial, el Adagio de Iraquere) con volumen acorde al de los comerciales, pero que luego va descendiendo hasta quedar solo un tenue sonido, que permite la entrada de la voz del moderador)
OMS: Seguimos con nuestro entrevistado, Alberto Barrera Tyszka. Alberto, dejamos una pregunta en el aire: ¿Cómo es esa relación entre el padre, Javier, y el hijo, Andrés?
ABT: Era buena, hasta que Andrés se enteró de la gravedad de la enfermedad de su padre. Ahí comienza un drama que él no sabe tratar bien. Tiene que comunicarle a su padre los resultados de los exámenes, pero no sabe cómo y eso a Javier no le agrada. Andrés intenta usar eufemismos, metáforas, analogías para insinuarle a su padre lo que le pasaba. Pero no resulta como esperaba. Cuando por fin le cuenta a Javier, a su regreso del viaje que hicieron juntos a Margarita, a bordo del ferry, Javier se siente engañado. Se pregunta, ¿por qué esperó tanto tiempo para decírmelo? Y eso no se lo perdona. Comienza a leer literatura asociada a la muerte, a la aceptación, incluso a la eutanasia...
OMS: ¿Y termina así?
ABT: No, es solo un trance, un momento inevitable. Es la no aceptación. Luego se reencuentran. Ahí la trama es un poco vertiginosa. Bueno, es más o menos mi forma de escribir. Andrés percibe que su viejo se va pronto, que se le acaban los encuentros. Se marcha su compañero de pláticas, su mejor amigo. Eso lo abruma. Llegando al extremo de cuestionar su profesión, a cuestionarse como médico internista.
OMS: El drama de la vida y la muerte. La vida sin vivir, de la muerte sin desear...
ABT: Allí vuelve a tener sentido la frase al comienzo de mi novela: "¿Por qué nos cuesta tanto aceptar que la vida es una casualidad?"
OMS: Nada más cierto, Alberto. Bueno, estamos llegando al final del programa. Sabes bien cómo es esto de los programas y el tiempo: implacables. Pero espero que vuelvas pronto, para que hablemos de tus otras producciones literarias.
ABT: ¡Con todo gusto! Para mí siempre es un placer compartir contigo y con tus radioescuchas. Tienes una audiencia fiel y conocedora. Y el cafecito... ¡muy agradable!
OMS: ¡Ja, ja, ja! Eso sí no te lo garantizo. Con estos vaivenes de la economía, ¿quién sabe si tendremos café en nuestra próxima entrevista? Pero algo te ofreceremos. Estimados oyentes, hasta este momento su programa "Habla el autor". Saben que pueden escucharlo todas las veces que quieran a través de nuestra página web. Agradecemos todos sus comentarios, los cuales son leídos y respondidos por nuestra producción. Esperamos que muy pronto podamos hacerlo más interactivo.
Entra la cortina de cierre de programa (música más movida, mezcla entre tecno y new wave instrumental), sube la intensidad y va bajando progresivamente.... Cierra. Off.
Responsable: Oswaldo Marta
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